Streap tease en Miraflores
“Fidel es comunista. Yo socialdemócrata”. “El marxismo es el reino de Dios en la tierra”
En el año 2000 entrevisté al Chávez candidato-presidente y le pregunté sobre lo que me había dicho el jefe guerrillero de las FARC, Raúl Reyes quien, al referirse a la educación de los adolescentes guerrilleros, había respondido: “somos marxistas, leninistas y bolivarianos”. “¿Bolivarianos como el presidente Chávez?”. “Igualitos”. A eso Chávez respondió: “Reyes te dijo que ellos imparten marxismo-leninismo. Bueno, por ahí ya no es ‘igualito’. No somos marxistas-leninistas sino bolivarianos y hacemos el esfuerzo de rescatar el pensamiento republicano, humanista y democrático de Simón Bolívar”.
Pero ya en 1998 había ido más lejos en su negación y durante la campaña electoral aceptó que Fidel Castro era un dictador y que él no era socialista, sino humanista cristiano. Cuatro años más tarde, luego de ganar el revocatorio y estando la oposición en hora menguada, dio un pasito adelante al proclamarse socialista. Y en el 2005, ante el radicalizado auditorium del Foro de Sao Paulo, embriagado por la audiencia, subió otro peldaño: “el socialismo del siglo XXI debe formularse de acuerdo con las ideas originales de Marx y Engels”. Para julio del 2007, luego del cierre de RCTV y en puertas un referéndum que estaba perdiendo, no tuvo recato en retractarse: “el PSUV no va a tomar las banderas del marxismo-leninismo porque eso es un dogma que ya pasó. Tenemos que crear nuestra propia doctrina y el que no esté de acuerdo que se vaya”.
En realidad todo depende de los destinatarios de sus opiniones y en el 2008, cuando el actor Sean Penn lo entrevistó para The Nation, se apresuró a tranquilizar a los lectores del venerable semanario norteamericano, cuyo perfil dominante es el de progresismo izquierdoso, pero democrático y entre líneas apareció el Chávez ponderado: “Fidel es comunista, yo no. Yo soy socialdemócrata. Fidel es marxista-leninista. Yo no”. A fines del 2009 dejaba caer la última prenda y asomó, como de pasada, lo que todo el mundo sabía: “Yo me declaro marxista, soy marxista”. Y al mes se refocilaba en su cuasi pecaminosa confesión de la vieja pérdida de la virginidad: “Por primera vez asumo, asumo el marxismo. El marxismo es la teoría más avanzada en la interpretación científica de la historia, de la realidad concreta de los pueblos y es la avanzada propuesta hacia el mundo que Cristo vino a anunciar”.
Ahora vienen unas elecciones, el cardenal Urosa puso el dedo en la llaga y las encuestas le dicen que la gente rechaza el mundo real del “comunismo cristiano (cuadratura del círculo) que él, más allá de las palabras, intenta imponer a la calladita y vaselina mediante. Entonces recula y ahora el marxismo no es la doctrina más avanzada, sino una “herramienta”, es decir el martillo, porque la hoz, ni de adorno en un país que no produce ni yuca.
rgiusti@eluniversal.com Roberto Giusti El Universal. 13/7/2010