Runrunes de Nelson Bocaranda Sardi
“LA CAROLINA” Y ALGO MÁS. Los detalles que circundan la expropiación -mejor definición es asalto y robo- de la hacienda de Diego Arria, hasta ese momento modelo de manejo agrícola y pecuario con 250 vacas Jersey puras produciendo hasta 22 litros diarios de leche contra el promedio nacional de 5 por animal, demuestran como la mezcla de reconcomio con jalabolismo va llevando el proceso de atraso que impone el comandante presidente. Ante la sostenida posición del propietario de esas tierras contra el militar venezolano en todas las instancias internacionales donde el ex presidente del Consejo de Seguridad de la ONU tiene acceso, la decisión de los chupamedias del Ministerio de Agricultura y del Instituto de Tierras fue llevada en bandeja de plata al caudillo para congraciarse con él y “repartirse” no solo el ganado, sino todos los productos, muebles, obras de arte, enseres, tractores y vehículos entre los bandoleros asaltantes. Eso sí, con permiso de arriba y una preselección de lo que gustaría o no a sus superiores. Las fotos de la intervención denotan el odio con el que entraron a destruir lo que fue exhibido a las universidades como ejemplo de producción. Los helicópteros del MAT y el INTI sobrevolaban la hacienda, enviaban funcionarios con la Guardia Nacional a tomarle fotos a la propiedad y así se “repartieron” lo que más tarde iban a cogerse. En un informe previo los fiscales explican en el inventario que “el fundo es modelo; tiene 370 hectáreas y solo 100 desarrollables que están full productivas; los cerros protegen, en 170 de ellas, las fuentes de agua; tienen 8 Has. de café orgánico que cultivan las familias de empleados-socios; una cría de caballos cuarto de milla campeones estadounidenses con 19 potros y yeguas madre; 15 mil matas de naranja; La Bodeguita es modelo de procesamiento de cultivos donde vendía el personal ají, quesos, tes naturales; algunas vacas sobrepasaban los 30 litros de leche; los pastos están bajo irrigación automática y se cultivan 25 Has. de maíz para forraje de las vacas; el personal está contento y bien pagado; participa en unas miniempresas de alimentos; las vacas son ejemplares de alta producción; está tan bien aprovechado el espacio que no hay dónde colocar los alimentos para los animales… etc.”. Con ese informe en la mano, Elías Jaua y Juan Loyo decidieron ignorarlo y proceder para complacer al jefe máximo. Lo demás ya es conocido. Las cámaras de la propiedad grabaron detalles de ocupación, las amenazas y, sobre todo, el reparto del “botín escuálido” encontrado. La declaración de Chávez indicando que él fue quien ordenó quitarle la hacienda a Arria servirá para cualquier acusación penal futura, tal como le sirvió a Eligio Cedeño la orden dada por el caudillo contra la jueza María Lourdes Afiuni, para demostrar que todo se limita a un asunto personal y no de justicia o legalidad. Hasta ayer se habían robado varias vacas y cuatro caballos campeones, así como toda la ropa de la familia y el arte encontrado. Choros. Como algunos ejemplares bovinos y equinos tienen chips satelitales sabremos a cuáles fincas rojas habrán de llegar…