Gobierno reproduce el modelo soviético de relaciones laborales
Milicias, ocupaciones de fábricas y estatizaciones son parte del recetario
La exaltación del derecho al trabajo prevista por la URSS se ha manifestado con sindicatos que han generado huelgas y ocupaciones (Gil Montaño/archivo)
* Leyes en espera
El Gobierno, en el marco del socialismo del siglo XXI, apuntó las directrices soviéticas para conformar el esquema de relaciones laborales en la transición hacia el modelo izquierdista.
La fórmula va de la mano con el mantenimiento de los sindicatos, aunque reducidos en su ámbito de acción, pero con el establecimiento de instancias de representación obrera para blindar la estrategia: consejos de trabajadores, patrullas socialistas y milicias obreras.
Los pasos para lograrlo han sido los mismos que el teórico soviético León Trotsky -uno de los líderes de la Revolución Bolchevique- delimitó hace más de 70 años en su “Programa de Transición”, el recetario que representó la base de su ideología socialista y que fue el resultado de sus experiencias en la fundación del Estado obrero en la URSS.
Allí decía que “el objetivo estratégico no consiste en reformar el capitalismo, sino en derribarlo. Su finalidad política es la conquista del poder por el proletariado para realizar la expropiación de la burguesía” y, por ello, pequeñas acciones eran necesarias.
Entre aquella revolución y el proceso venezolano las similitudes resultan obvias. La exaltación del derecho al trabajo de la que hablaba Trotsky se ha expresado en el país con la creación de pequeños sindicatos socialistas que han generado huelgas con ocupación de industrias.
Los casos sobran: Constructora Nacional de Válvulas, MMC Automotriz, Vivex, Cemex, Gotcha, Sanitarios Maracay y Coca-Cola, entre otros más. Han sido tantos que hace años se creó el Frente Revolucionario de Trabajadores de Empresas en Cogestión y Ocupadas (Freteco) para defender estos procesos.
La doctrina trotskista revela que esos ocupantes son los dirigentes llamados a crear lo que en la URSS se conoció como los consejos de fábrica, cuyos equivalentes en Venezuela son los consejos de trabajadores, figura que la Asamblea Nacional espera formalizar con la reforma a la Ley del Trabajo.
La creación de estas organizaciones, que ya existen en varias industrias del país, tienen como objetivo iniciar el rol participativo de los trabajadores en la toma de decisiones de la empresa, como un paso más en el camino hacia el control obrero, revela Trotsky en su antiguo “Programa de Transición”.
A esto le sigue la estatización de los grupos capitalistas que resultan estratégicos para el Estado. En Venezuela ya han pasado a manos estatales la telefónica Cantv, las empresas eléctricas, siderúrgicas, cementeras, así como algunos bancos e industrias de alimentos.
Y después sigue la etapa actual de la transición al socialismo. Las milicias obreras ya cuentan con 150.000 personas, según dijo esta semana el dirigente del Frente Socialista de Trabajadores, Orlando Castillo. Estas organizaciones deben servir, de acuerdo al ideario trotskista, “para unificarlas por barrios, ciudades y regiones”.
“El armamento del proletariado es un factor integrante indispensable de su lucha emancipadora”, decía el ideólogo de la izquierda soviética.
Las patrullas socialistas, creadas el año pasado y ya con 300.000 integrantes, también son semejanza de los grupos bolcheviques que se conformaron, aliados con las fuerzas campesinas, para luchar contra la resistencia capitalista en la URSS. Para ser parte de una patrulla, señaló el dirigente Castillo, es requisito ser militante del PSUV.
Como parte del programa de impulso a estas agrupaciones, el Gobierno ha adelantado diversos planes de formación para los trabajadores. Uno de los más potentes es el que realiza desde mayo de 2009 el Inpsasel, que no solo se centra en darles herramientas a los delegados de prevención, sino también incluye una fuerte carga ideológica y estructura un mecanismo para expandir el conocimiento pro socialista en las empresas.
Suhelis Tejero Puntes
EL UNIVERSAL