Tal Cual |Avance | Opinión | 25/09/2009 10:11:56 a.m.
Síndrome de Mister Magoo
Magoo, declaró que hasta en lo económico, Venezuela es un país antisísmico: “Aquí tiembla a 6,2 grados y lo que hacemos es bailar merengue. Yo bailé con el temblor”
Por: Marianela Lafuente
Avanzamos hacia la igualdad, la justicia y la paz.Hacia el socialismo, en la búsqueda de la mayor felicidad posible para todos los venezolanos.Entretanto, crece la corrupción, la violencia y el caos institucional.Se dictan leyes a la medida, sin importar la Constitución. Y proliferan misiones sociales, sin orden ni concierto, para integrar ahora un misterioso “sistema” que nadie sabe cómo se organizará. En paralelo, aparecen y desaparecen ministerios, se agrupan o cambian de nombre, y las mismas caras desfilan de cargo en cargo, anunciando políticas, planes y programas que no hay tiempo de ejecutar y se desvanecen en la alharaca del discurso socialista.
No importa si el PIB cayó 2,4% el último trimestre, si la inflación llegó al 30% en 2008, si la producción petrolera disminuye y bajan las exportaciones, o si Venezuela es uno de los países menos competitivos del mundo (lugar 113 de 133 países del último estudio del FEM) y de los más violentos también (50 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2008, cuando la tasa mundial es de 8,8), porque, haga lo que haga el gobierno, sin importar dónde vaya la revolución, parece que ya los venezolanos somos felices.
Así lo afirma la New Economics Foundation: según el Índice de la Felicidad Mundial de julio 2009, Venezuela ocupa el lugar 36 de 178 países, Costa Rica el primero y Zimbabue el último. Somos más felices que los gringos (144), suecos (53), suizos (52) y españoles (76).
¿Qué tal? Claro que la NEF no mide la felicidad por la riqueza ni el crecimiento económico, sino por la esperanza de vida, el impacto ecológico y criterios subjetivos que evalúan si la gente está satisfecha con la vida que tiene.
Aunque nuestra felicidad ha bajado 10 puntos desde 2006, cuando Venezuela ocupaba el puesto 26 en ese índice, seguimos contentos con la revolución. ¿Por qué será? El 13 de septiembre, un fuerte sismo estremeció al país. Sirvió para recordar otros eventos (Caracas, 1967; Cariaco, 1997; Vargas, 1999) y nuestra profunda vulnerabilidad social, que, con todo y revolución, sigue siendo una bomba de tiempo. Sólo fueron 15 segundos que olvidaremos muy pronto.
Tal vez padecemos el síndrome de Mr. Magoo. Como este simpático viejito, caminamos bajo la lluvia y el granizo, sobre la tierra que tiembla, sin ver inundaciones, ni ranchos que se tambalean, ni quebradas que se desbordan, sin notar los apagones, la escasez de productos, el cierre de empresas; entre buhoneros y miseria, la violencia desatada, sicarios y asesinos sueltos, seguimos miopes y felices, dando bastonazos y avanzando con la revolución.
En mayo también hubo un sismo. No hubo daños, porque, como dijo Chávez, “Diosito es bolivariano y triunfará”. Después del sismo de septiembre, invulnerable como Mr.Magoo, declaró que hasta en lo económico, Venezuela es un país antisísmico: “Aquí tiembla a 6,2 grados y lo que hacemos es bailar merengue. Yo bailé con el temblor”.
No hay Misión Milagro que cure a Mr. Magoo.