Manuel Caballero //
¡Prohibido olvidar!
De Gómez a hoy, el hacer olvidar los presos es básico en la estrategia del terror
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A esa ignorancia de “allá arriba”, correspondía “abajo” otra más terrible: lo típico del régimen carcelario era la ignorancia del familiar sobre la suerte del preso, y esto último referido no sólo a la causa de su detención sino a su simple paradero y también el aislamiento total, la desatención médica, el “encortinamiento”, así como también el cuidado en impedir que, en la propia cárcel, pudieran determinados presos comunicarse con otros Y como remate de todo aquello, la huida frente a la responsabilidad: “ese preso no es mío; yo no sé nada, nadie sabe nada”.
Que nadie tome todo lo anterior como quién sabe qué pretensión nuestra de decir que hoy se vive una situación igual; que los presos políticos del Héroe del Museo Militar están sometidos al mismo régimen que a los presos del Benemérito.
Contra la exageración porque como historiadores y como articulistas de opinión sabemos cuánto mal hace la exageración a la credibilidad de una denuncia. Pero lo que sí podemos afirmar con el mayor énfasis es que en una situación como aquella o como la de nuestros días, la política del olvido está en la base de toda represión, de todo encarcelamiento. Y ello por dos razones: la primera como parte de la estrategia del terror; que consiste en asustar al manifestante no sólo con la prisión, sino con ser borrado de la memoria hasta de sus más cercanos, que deben enfrentar la tendencia personal a la desmemoria, y los desafíos urgentes de la vida cotidiana: lasciate ogni speranza, voi ch’ entrate…
La segunda razón es que el olvido es el mejor aliado de la pretensión del régimen actual por rehacerse una virginidad democrática. Por eso, el llamado a no olvidar a nuestros presos políticos no es, no puede ser, obra y angustia de sus familiares y allegados: tiene que ser empeño de la nación entera. Con la denuncia permanente se está rompiendo la estrategia del terror, y a la vez destrozando la careta democrática de uno de los gobiernos más reaccionarios que haya conocido Venezuela.